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El núcleo principal del palacio lo constituye el Patio de las Doncellas, flanqueado por pórticos
con arcos lobulados. En las paredes, atauriques finamente trabajados y zócalo de azulejos del
siglo XVI, que son de lo más logrado del arte mudéjar. En torno a este patio se desarrollaba, según la
consabida tradición árabe, la vida pública y ceremonial; en torno al már recoleto patio de la Muñecas,
se desarrollaría en cambio la vida íntima y privada.
Las estancias que rodean este Patio de Doncellas son las de caráter más oficial: el Salón del techo
de Carlos V, llamado asi por el soberbio artesonado renacentista en madera de cedro; tres pequeñas
estancias, llamadas las habitaciones de Maria de Padilla, y el salón principal y más bello de
este alcázar, el Salón de Embajadores.
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